domingo, 30 de julio de 2017

Ease into motherhood

¿Conocéis Ease in to Motherhood? Es una iniciativa de la mano de tres blogueras (Mexican pink ,  Sew fearless y Seamstresserin) para hablar durante el mes de julio de los cambios físicos y psicológicos durante la maternidad y cómo eso se ve reflejado en la costura. O al menos eso he entendido yo (que últimamente no entiendo mucho las cosas, el puerperio me tiene atontailla... con decir que ayer me di cuenta de que pasé un dí entero enhebrando mal la over...)
No suelo hablar mucho de mi por aquí, pero eso va a cambiar (tengo programadas dos entradas para hablar de la cesárea de mi hijo mayor) o al menos un poco. 

Comencé a coser en febrero de 2013, para hacerle pantalones a mi hijo mayor, ya que la ropa que veía en las tiendas no me gustaba, la veía demasiado ¿comercial? ¿sosa? ¿todos iguales?. Yo la definía como "de adultos encogidos", y no me gustaba que mi hijo tuviera que llevarla. En un mercado le compré unos "cagaos" que me encantaron, y poco después me atreví a usar la máquina (que había comprado para coser una carteras de cómic que cosía a mano antes de tenerlo) y le hice sus primeros pantalones, con un patrón que modifiqué mil veces hasta que conseguí lo que buscaba. No tengo foto de esos pantalones, pero los sigo teniendo, este invierno han sido el pijama de mi mediano.
La mayor parte de sus pantalones se los coso yo, aunque no puedo decir lo mismo de las camisetas (no me da la vida para tanto, como suele decirse)


Me encanta coser para mis niños, que me pidan un disfraz y sepan que se lo voy a hacer. Aunque eso implique que no sea tan chulo como uno comprado (tengo la "estúpida manía" de que el disfraz se pueda aprovechar luego para vestir o para pijama, así que no suelo usar rasetes ni telas de disfraz).
Me gusta hacerles felices a través de la costura.
Cuando nació A., el mediano, me atreví a coser más. Ya estaba convirtiendo la costura en una terapia. Subía a coser cuando estaba estresada y, aunque no podía coser tanto como me hubiera gustado, era feliz haciéndolo. Esa época coincidió con el final del máster que estaba estudiando, y mi tiempo se lo dedicaba casi en exclusiva al TFM (bueno, lo que me dejaba un bebé de cerca de un año y un niño de casi 4)
 Ahora que ha nacido U. es más fácil coser, porque además de la máquina normal tengo una remalladora (comprada dos años antes, pero que entre el miedo y el máster no había usado hasta el final del embarazo). La remalladora se ha convertido en mi nueva mejor amiga, puesto que antes ocupaba el descosedor XD

Desde que soy madre de tres tengo menos tiempo para mi, menos tiempo para el Blog (uso mucho entradas programadas, ya que las voy escribiendo a ratitos, por eso a veces no puedo escribir tanto como me gustaría) y menos tiempo para la costura, pero sigue siendo mi terapia. Me relaja coser, cortar las telas, elegir el patrón... y me encanta sentirme orgullosa de lo que hago. antes hacía joyería en arcilla polimérica, pero nunca he sentido que en mi entorno más cercano se me valorase (me regateaban, me cambiaban los precios o incluso las creaciones, se referían a lo que hacía como "mis mierdas") y ahora siento que lo que hago gusta. Al menos, siento que gusta a quien me importa: a mi misma y a quien lo lleva (normalmente mis hijos, un poco mi marido -calzoncillos y poco más, tengo que atreverme a más- y cada vez más, a las personas a las que se lo regalo). 
Coso por gusto, por hobby, y disfruto de cada minuto haciéndolo (aunque hay costuras que.... pero luego disfruto una vez terminadas, jeje)
 Otra cosa que me ha cambiado ha sido mi apreciación de mi misma. No sé si es por la costura o por la maternidad, o tal vez haya sido una combinación de ambas. Ahora que está de moda el "body positivity" (que no es otra cosa que aceptarse tal y como uno es) me doy cuenta de que tenía que haberme valorado mucho antes.
Tras el primer embarazo me quedé con 20 kilos de más, que hacían que no me viera cómoda con la ropa que tenía antes del embarazo (normal...no entraba) y empecé a usar ropa ancha, cómoda, y con la que me veía gorda pero disimulando. Tras el segundo embarazo me puse a dieta, mejoré la alimentación y perdí 13 kilos.  Todavía me sobraban pero ya me daba igual. Durante ese embarazo empecé a coserme ropa "premamá" (dos camisetas anchas, largas, para ir a pilates, porque con las de las tiendas no se me tapaba la barriga). Me sentía bien llevando mi propia ropa.
Cuando tuve al bebé seguí cosiéndome la ropa, y ahora ya me atrevo hasta con patrones de la ottobre XD
 Este último embarazo lo he pasado prácticamente con ropa hecha por mi. Desde las camisetas hasta el tankini con el que iba a natación. Y lo he lucido mucho, más que los otros.
Mi mentalidad ha cambiado, ahora me acepto tal cual soy, con mis kilos de más y mis estrías, y mis pelos (he dejado de depilarme, me acepto tal y como soy, y si lo hago será por mi misma, no por convenciones sociales), incluso me acepto con mis cambios de humor.

Y bueno, este es más o menos el resumen de por qué coso, qué siento al coser y cómo he cambiado desde que soy madre, hace ya 5 años. Sé que suena a tópico, pero en mi caso es normal: esto es lo mejor que me ha pasado; ser madre me ha abierto la mente, me ha dado la vuelta por completo y me ha descubierto cosas que ni sabía que existían, tanto de mi como de la sociedad, para bien y para mal.
Y ahora dejo de escribir, programo esta entrada para mañana (la he escrito del tirón, estoy que no me lo creo) y retomo unos pantalones que tengo a medias. 
Si habéis aguantado hasta aquí, gracias por leerme :) 

No hay comentarios:

Publicar un comentario