lunes, 19 de septiembre de 2016

Nuestro kit de superviviencia... y reflexión restaurantes


 Ir a un restaurante a comer con los peques puede resultar... ¿entretenido? Si, diré entretenido XD
Los niños de cuatro años no tienen la paciencia de los adultos, ni entienden que tienen que esperar  a que traigan su comida, y tampoco aguantan las interminables sobremesas de los adultos, que pretendemos solucionar el mundo delante de una taza de café. 
En nuestro caso, para hacer más cómodo a los peques salir de casa a comer fuera, llevamos un "kit de supervivencia" consistente en una muñeca, un coche, un mini puzle, a veces un libro y, por supuesto, colores y una libreta. Lo demás puede faltar, pero los colores son indispensables, incluso los he llevado en el monedero, para poder pintar aunque sea en una servilleta.
Aprovechando la necesidad de colores he hecho un roller para ceras, que tenía muchísimas ganas de hacerlo.
Cerrado queda muy cuco, con sus ericitos, y su elástico para cerrar:



 Desde arriba con las ceras ordenadas (sólo para la foto, jeje)


 Cinta "under your spell" de Hilos y más, para darle un toque decorativo y que quedase mejor la unión de ambas telas:

Me encantan como quedan todas las ceras ordenadas.


 Y para completar el conjunto, con el último trozo que me sobró de la tela de erizos, una funda para una libreta cuadrada. La libreta es cuadrada de hojas blancas, creo que de Tiger, y cuando se gaste me tocará comprar otra, porque lo malo de esta funda es que no es para libretas de tamaño estándar.
(La foto ha salido torcida, no sé por qué, pero el elástico queda a la derecha, para mantener cerrada la libreta)
Este lunes os enseño esto en menuda inspiración, el próximo (o dentro de algunos próximos) os enseñaré lo que hice con el resto de tela. 
***
Y aquí mi reflexión sobre los restaurantes: (si sólo os interesa la costura, podéis dejar de leer; nos vemos en la próxima entrada)
¿Tan raro es ir con un bebé a un restaurante a comer? ¿Tan raro es que ese bebé se mueva? En julio estuve en Madrid, en Gran Vía, y para comer con el peque-peque era una odisea cada vez que queríamos ir a un sitio. Al no llevar carrito, si en el restaurante no había tronas (que no había) comer se volvía complicado a menos que lo sentase en mis rodillas (donde mejor está, pero eso es otra historia) y comerse unos fideos con su caldo con un bebé en las rodillas... no es buena idea XD Al final optamos por comer en el hostal, mucho más cómodo para él, que podía moverse, correr... y disfrutar de la comida.
Me estoy acordando de cuando R. tenía un año y abrieron en mi pueblo un restaurante japonés. A mi, que me encanta la comida japonesa, me encantó el sitio: buena comida, cerca de casa, buenos precios... PERO mal servicio. Fui dos o tres veces, y no volví (cerraron al poco tiempo, supongo que no es un restaurante para este pueblo, jeje) 
La cocinera era conocida de la familia de mi marido, y salió a decir que el peque era malo, que le iba a dar en el culo si se movía; entre risas, claro... pero a mi no me hizo gracia. A la semana volví con una amiga, y esa fue la última: el peque quería explorar, moverse y andar. Como apenas había gente (sólo una mesa de despedida de curro o algo así, gritando y celebrando algo) le dejé. La camarera vino a decirle que se estaba portando mal, que era muy malo y no sé qué más. No le dije nada, sólo que eso no se lo dijera, pero no volví.
¿Tan raro es que un niño coma y tire comida al suelo? Luego la recojo.
Es más, ¿por qué yo puedo ir con una amiga, beber y reírme, gritar si hace falta, y no pasa nada, pero si mi hijo chilla hay que hacerle callar? 
Ya me he quedado a gusto XD
Por cierto, normalmente vamos a sitios donde los peques son bien recibidos, donde su comida no es comida de segunda (eso da para otro desahogo...¿por qué la comida del menú infantil carece de calidad y hay sitios dónde no te dan la opción de pedir medias raciones?) y donde pueden explorar y jugar siempre que no molesten a nadie ni se pongan en peligro.

3 comentarios:

  1. Cuando mis fieras eran pequeñas no solíamos ir a comer fuera de casa, eran bebés de rutinas y sacarlos de ahí les-nos causaba mucho estrés, así que apenas lo hacíamos. Ahora ya son algo más mayores (tampoco mucho) y son más fáciles de entretener, aún y todo, es cierto, en algunos sitios no te sientes bien recibido si vas con niños.
    Respecto a la calidad de los menús infantiles, en fin, hace tiempo que para ellos pedimos un menú normal y dos platos, mucho más sano y más ecónomico

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    1. Por cierto, tu kit de supervivencia me parece una ideaza

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  2. Me encanta ese kit! Me gusta hasta para me bolis...
    Y sobre lo difícil que nos lo ponen para comer con niños fuera de casa.. en fin, nosotros poco salimos, pero las veces que lo hacemos vamos a donde sabemos que tienen un sitio donde puedan explayarse sin que nadie te venga a mirar mal o a llamar la atención, porque si no no estamos a gusto ninguno, y pagar para eso pues como que no!

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