jueves, 15 de junio de 2017

Rums #24 Sillas forradas

Es jueves!
Es Rums!
Como podéis ver, las sillas de mi comedor no estaban pasando por su mejor momento: dos peques, un gato (ahora dos), cenas... No sabía cómo limpiarlas, más que nada porque no sabía que se podía desmontar el asiento y quitar la funda (sí... tuvieron que decírmelo en un grupo de Facebook, pensaba que era imposible y que me tocaría limpiar en seco).

 Desmonté, desenfundé, lavé... y la mayoría de las manchas salieron, pero dos o tres quedaron ahí, en medio del blanco antaño inmaculado de las sillas.
Para rematar la faena, uno de mis gatos decidió que hacerse pis en las fundas de las sillas que estaban secándose al sol era una buena idea, por lo que tuve que ponerlas en remojo en agua caliente con percarbonato y volver a lavar. Y por si eso no fuera suficiente, sin darme cuenta las metí en la secadora.
Resultado: Fundas limpias y sin manchas pero que no entraban a los asientos de ninguna manera. ¡Horror! ¿Y ahora qué hago? 
A la vista está que encontré solución, aunque me llevó varios ratillos hacer las seis fundas.
 Quedaron bien, no? Yo estoy muy contenta con el resultado, quedan más limpias que cuando eran blancas, y en caso de accidente tengo dos opciones: desmonto, descoso y lavo, o hago fundas nuevas con otras telas, así voy cambiando el estilo del comedor.
 Tenía esta tela guardada desde hacía años, pero años (antes de tener ni siquiera la máquina de coser, ya que la usaba como mantel en las mesas de los mercadillos) y no sabía en qué usarla, porque me gustaba mucho, pero no me atrevía a usarla y luego arrepentirme. Sinceramente, de lo único que me arrepiento es de no haber comprado en su momento el doble de tela, porque tras las sillas no me ha quedado ni un cachito con el que hacer un camino de mesa a juego XD

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